Sostengo que es mi derecho natural y bien ganado
de decirle a la gente en su cara lo pendeja que está
lo que ejerzo cada vez que les señalo sus taras inenarrables
que nos hunden cada vez más en el lodo.
Sostengo que no es opinión, sino hecho,
el decir que gracias a ellos ya nos llevó, una vez más, la chingada
(esa misteriosa mujer que, tan maltratada, nos maltrata de regreso)
y que ahora habrá que volver a andar un sendero amargamente conocido
en busca de otra salida
o algo que se le parezca
para que al menos parezca
que vale la pena seguir luchando.
Sostengo que somos muchos los que así pensamos
y que somos todavía más, si sumamos a los que callan
y por necesidad no les quedó más remedio
que seguir jugando a las pantallas.
Sostengo que la resistencia se hace desde todos los rincones
desde todas las posiciones
desde todos los agujeros
Y sostengo que, resistiendo
a gritos o a susurros
en las calles
las casas
las camas
las computadoras
los cafés
los cuartos de hotel
los parques y las plazas
públicas y privadas
encontraremos esa acción
por la cual esta esperanza
no será ya más una utopía.
de decirle a la gente en su cara lo pendeja que está
lo que ejerzo cada vez que les señalo sus taras inenarrables
que nos hunden cada vez más en el lodo.
Sostengo que no es opinión, sino hecho,
el decir que gracias a ellos ya nos llevó, una vez más, la chingada
(esa misteriosa mujer que, tan maltratada, nos maltrata de regreso)
y que ahora habrá que volver a andar un sendero amargamente conocido
en busca de otra salida
o algo que se le parezca
para que al menos parezca
que vale la pena seguir luchando.
Sostengo que somos muchos los que así pensamos
y que somos todavía más, si sumamos a los que callan
y por necesidad no les quedó más remedio
que seguir jugando a las pantallas.
Sostengo que la resistencia se hace desde todos los rincones
desde todas las posiciones
desde todos los agujeros
Y sostengo que, resistiendo
a gritos o a susurros
en las calles
las casas
las camas
las computadoras
los cafés
los cuartos de hotel
los parques y las plazas
públicas y privadas
encontraremos esa acción
por la cual esta esperanza
no será ya más una utopía.
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