3/12/2013

Desazón

Estoy enfermo
hace rato que no hay estetoscopio capaz de sacar de mi caja torácica el ruido intermitente de mi corazón.

Estoy enfermo
mis manos son pergaminos viejos, arrugados, que no contienen más que una línea continua que no va a ningún lado, ni viene de ningún lugar.

Estoy enfermo 
Y mis ojos, apagados como dos carbones esperando la brasa, esperando calor, esperando luz que no llega, fuego que no prende, llama que no existe

Estoy enfermo...
estoy convertido en una masa amorfa, que alguna vez fue humana

Estoy tendido, 
tirado, atrapado en una prisión de carne y hueso, mirando el techo y las paredes y las moscas que posan sus negras patas en mi cuerpo, en este cuerpo que ya no es mío.

Estoy
rogando que el dolor pare
esperando que venga la muerte

Y me veo, desde fuera
desde arriba

Y no me reconozco

No me veo en esa piel que apenas cubre los huesos,
en esa cara hundida, donde los dientes aparecen sólo velados por los labios,
en ese casi académico ejemplo de un padecimiento cuyo nombre ya se me olvidó.

Paz, quiero paz
quiero dejar de pensar en el dolor menor como paliativo
quiero dejar de creer que me merezco esto
quiero dejar de respirar
porque duele
quiero dejar de ver
porque no hay nada
quiero dejar de hablar
porque a nadie le importa

Quiero dejar de vivir
porque vivir así
no vale la pena

No hay comentarios:

Publicar un comentario