I.
Fin.
Sonaron suspiros de alivio, algunos de ellos se enjugaban los ojos y por ahí alguien se atrevió a aplaudir.
Y entonces la verdadera historia comenzó, pero ya nadie estaba ahí para escucharla.
II.
-Mamá, de grande quiero vivir en una casa así.
La madre volteó, y un estremecimiento la sacudió de pies a cabeza.
Frente a ella, el niño había señalado un mausoleo.
III.
-Carlos, necesito que hablemos.
-Sabes que no me gusta que me molesten cuando estoy escribiendo.
-Ya sé, y perdón, pero es importante...
-Nada es tan importante que no pueda esperar dos minutos
Silencio.
Y entonces recordé, llevabas muerta tres años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario